L'avenir de la codification en France et en Amérique latine



Palais du Luxembourg, 2 et 3 avril 2004

ALLOCUTIONS FINALES ET TABLE DES INTERVENANTS

Envoi

Christian Larroumet

Presidente de la Association Andrés Bello des juristes franco-latino-américains, profesor de la Université Paris II Panthéon-Assas

Quisiera señalartes, en primer lugar, que no efectuaré un largo discurso final de síntesis (rapport de synthèse), como suele hacerse en algunos coloquios, para no abusar del poco tiempo disponible. Este congreso ha sido sumamente rico e interesante, y quisiera agradecer a todos los conferencistas que participaron preparando conferencias y comentarios y, en particular, a aquellos que atravesaron el Atlántico para estar presente hoy aquí.

Así, solamente voy a transmitirles algunas reflexiones acerca del tema que nos reúne.

En nuestro congreso hemos partido de la historia, porque la codificación hoy forma parte de la historia. Es un patrimonio común histórico a nuestras culturas. Es por eso que la discusión acerca de su evolución futura es una preocupación común a todos los presentes. En tal sentido, debemos recordar el gran trabajo efectuado por los precursores de la codificación, Domat y Pothier, y por los grandes codificadores del siglo XIX : Portalís, para el caso de Francia y Andrés Bello, para los países de América Latina.

Sin embargo, hoy existen algunas ideas erróneas sobre la función que debería cumplir la codificación en el futuro. Durante este coloquio, hemos abordado el tema de las relaciones entre la codificación y la Nación, cuyos nacimientos estuvieron estrechamente vinculados durante todo el siglo XIX. No cabe duda, en los primeras años de organización de la Nación, los códigos cumplieron una tarea fondamental de unificación e integración.

Pero en la actualidad, existen intentos de efectuar codificaciones supranacionales, como es el caso de la eventual codificación europea, que tanto se ha discutido en este congreso. Estas ideas, o impulsos codificadores, vienen impuestas desde Bruselas, mediante un acto de autoridad burocrática, o de la iniciativa de profesores, por medio de una visión idealista y cándida.

Todo ello es un error, el código es patrimonio de cada uno de nuestros países y su aplicación, interpretación y evolución es la tarea de cada jurisdicción nacional. Por supuesto que nuestros códigos civiles necesitan cambios, transformaciones, adaptaciones. Ese es el gran desafio que enfrentamos para el futuro. Pero el código civil - y más generalmente el derecho privado - debe permanecer como el patrimonio particular de cada uno de nuestros países, como un reflejo adecuado de sus tradiciones y modos de vida. El enrequecimiento de nuestros códigos y de nuestras legislaciones nacionates viene de la comparación con otras legislaciones y de la importación de conceptos, mecanismos e instituciones que se pueden adaptar, con o sin transformación, a nuestra cultura, nuestra mentalidad y nuestro carácter de actores de la vida social y económica. La verdadera unificación del derecho toma mucho tiempo y es, en realidad, el producto de la comparación y de la interacción de los sistemas jurídicos.

De todas maneras, esto no constituye un obstàculo en favor de la unificación inmediata respecto a los contratos transfronterizos, porque, en este campo, los problemas son esencialmente económicos, sin aspectos culturales. Tal es lo que se admitió en los principios de UNIDROIT relativos a los contratos de comercio interna cional. Se puede hacer lo mismo en Europa con los Principios europeos del derecho de los contratos elaborados por la comisión Lando. Sin embargo, no se puede ir más allá. Lo que se está preparando por una comisión bajo la dirección del profesor alemán, Christian von Bar, debe ser rechazado. Es demasiado temprano para unificar de una manera autoritaria las legislaciones de los Estados miembros de la Unión Europea.

Finalmente, quiero agradecer a todos quienes por su trabajo infatigable hicieron posible este congreso. En particular, agradecer a los miembros de la Asociación que participaron activamente durante los últimos meses en su organización : Paulina Andrés, Jean-Michel Blanquer, Cristina Botero, Maria Claudia Crespo Brauner, Bernardo Carvajal, Alfredo De Jesús O., Paula De Moräes-Bouvier, Guillaume Fatio, Víctor Flores, Maritza Formisano, Jean-René Garcia, Miguel Garcia, Giovanna Garzón, Victoria Gómez-Pellón, Lucía Grandin-Perea, Eduardo Guevara, Macarena Humeres de Fatio, Margie-Lys Jaime, Anderson Lobato, Itzel Lombardo, Khalil Mihoubi, Sandra Lima Alves Montenegro, José del Carmen Ortega, Matías Pérez, Oswaldo Pérez, Carlos Pizarro, Sebastián Ríos, Pedro Saghy, Mauricio Tapia, José Miguel Valdivia y Francisco Victoria-Andreu.

Muchas gracias por sus asistencia y nos encontraremos en futuras manifestaciones que organizará nuestra Asociación.

Remerciements au nom de l'Association Andrés Bello des juristes franco-latino-américains

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